Nueva Esperanza

Doce discursos
del
Rev. Sun Myung Moon

EL FUNDAMENTO DEL BIEN Y DEL MAL

     Cada uno de nosotros esta en el lado del bien o en el lado del mal. Cualquier individuo, familia, tribu o nación - así como el mundo entero - esta en el lado del mal o en el lado del bien. Hay muchos países en el mundo, y cada nación piensa que está en el lado del bien. Esto es debido a que cada nación es un conjunto de individuos. Los individuos tienen la tendencia a pensar de sí mismos que son buenos, entonces la nación también tiene la tendencia a pensar que esta en el lado del bien. Pero ¿cuál es la base para definir el bien y el mal absolutamente? Todos sabemos que todas las naciones o individuos no pueden estar en el lado del bien. Debe de haber una forma de diferenciar entre que es el bien y que es el mal.
     
     Los jóvenes son propensos a decir: "Si estamos inclinados al mal es porque la sociedad y la gente que nos rodea son malas". Quieren descargar la responsabilidad en el mundo exterior. Se diga lo que se diga, el mundo o la nación, tiene la forma de un conjunto de individuos, y al fin y al cabo todo lo referente a ellos depende de la condición del individuo. Siempre es una cuestión de si el individuo está en el lado del bien o del mal, porque la sociedad se compone de individuos. Por muy bueno que sea el mundo entero, si tu como individuo eres malo, entonces la sociedad tiene un gran problema. Por muy malas que sean las circunstancias ambientales, si tu estás absolutamente en el lado del bien, no serás influenciado. La conclusión es que sólo si los individuos están en el lado del bien, la sociedad puede llegar a ser buena.
Cada individuo tiene su propia opinión del valor, su propia opinión de la vida, su propia opinión de todo. Alguien que piensa que es influenciado por su sociedad se queja de lo que es la sociedad. Es naturaleza intrínseca de los seres humanos ser receptivos a las cosas que les deleitan y rechazar las que no les gustan. Si estás en el lado del bien e insistes en ser bueno, esto está bien. Pero si estás en el lado del mal e insistes en que eres bueno, esto es malo. Ya que las
familias, sociedades, comunidades, naciones y mundo consisten de individuos, se pueden distinguir sus características de igual manera que se pueden encontrar diferencias entre individuos. Hay variedades infinitas.

Además, como individuo, estás cambiando a cada momento. Lo que eres esta mañana, no lo eres esta tarde o noche. Del mismo modo, eres diferente de lo que eras en tu infancia, y aún vas a ser diferente de lo que eres ahora. Por tanto, no podemos llamarnos definitivamente a nosotros mismos buenos o malos en ningún punto, porque continuamos cambiando. Si nos encontramos siempre cambiando de acuerdo con el ambiente y circunstancias, entonces debemos dudar de nosotros mismos. Tenemos que ser escépticos acerca de la base individual para definir el bien y el mal.

     Si nosotros como seres humanos hemos de definir qué es el bien y el mal no podemos fiarnos de nuestra propia definición, ya que también tendemos a estar centrados en nosotros mismos.

     Probablemente nunca hayáis experimentado estar presos. En prisión, cada criminal piensa que la sociedad es mala, y que él no ha hecho nada para ser condenado. Concluye diciendo que lo que ha hecho ha sido para hacer la sociedad mejor, o al menos para algún propósito honrado. Esto puede suceder a causa de que no aceptamos un modelo común de si una cosa es buena o mala. Sin embargo, una definición humana no puede durar mucho tiempo, no puede ser eterna. Aunque piensas que algo que has hecho no es correcto, cuando los demás advierten la equivocación cometida, no te gusta. Te complace, sin embargo, cuando la gente dice que has hecho algo bueno, aún cuando piensas en tu interior que has hecho mal. No podemos dar la última definición del bien y del mal nosotros mismos a causa de nuestro egocentrismo.

     La gente basa generalmente sus definiciones del bien y del mal en la conciencia humana. Pero aunque cada persona tiene una conciencia, el modelo varía de una persona a otra. Si hay mil personas, hay mil variedades de conciencia. De acuerdo con tu modelo de conciencia puedes sentir que algo es bueno o malo. Pero ¿puede ser la conciencia humana el modelo absoluto para definir el bien y el mal?

     Además puedes ver como actúa la ley en una nación. Por obediencia o desobediencia a la ley, uno es tenido por bueno o malo. En América hay una constitución. En cualquier unidad de comunidad hay algún tipo de ley, incluyendo la ley tácita de la familia de cada uno. Pero el propósito al asentar leyes en las naciones comunistas por ejemplo, y el propósito al asentar leyes en las democracias son enteramente diferentes el uno del otro. Al llevar a cabo el propósito nacional de acuerdo con la ideología comunista, ellos no se preocuparían lo más mínimo de usar cualquier medio. Pero en el mundo democrático no podemos ejercer leyes crueles para gobernar a la gente con su conformidad. Ya que estos dos poderes aspiran a propósitos en direcciones opuestas no podemos esperar que ninguno de ellos sea la ideología final que puede incluir a la otra. Podemos finalmente decir que no podemos confiar en que ninguna de las dos provea la meta final a la que todos los seres humanos estamos dirigidos.

     En el mundo están teniendo lugar cambios progresivos. Entonces podemos imaginar que algo de más alta dimensión(más que la democracia o el comunismo) debe emerger para expresar el propósito universal. Cualquier cosa que esté vacilando, fluctuando o cambiando no puede ser tenido como nuestra última meta. El último modelo de bondad debe ser establecido como la meta a alcanzar por todos los seres humanos. De todos modos, ya que estamos viviendo aparte
semejante último bien, es difícil dirigirnos nosotros mismos hacia la meta última y real. Cualquier individuo debe ser primero capaz de tener una base sólida del bien, para ir derecho hacia la meta del bien. Por consiguiente, para que el individuo progrese, debe ser establecido el fundamento del bien en el nivel individual. No es tarea fácil. En este mundo, cualquier individuo, familia o nación puede estar en la posición de enemigo hacia los otros. Estamos constantemente enemistados con los demás, interior y exteriormente. Por tanto, no podemos tomar ninguna base establecida previamente como la base última para la definición del bien. No puede ser definido de esa forma. Supongamos que existe lo que parece ser una definición del bien. A la gente que está en un lado puede agradarle esta explicación, pero a la gente del otro lado puede oponérsele. Necesitamos un modelo que ambos lados puedan reconocer. El criterio básico para la definición del bien no debe ser del tipo que pueda oponérsele uno de los dos. Debe ser de tal naturaleza que ninguna de las dos partes pueda negarlo, sino que ambas puedan reconocerlo y ponerse de acuerdo. Entonces podemos llegar a la conclusión, con toda la seguridad, de que una definición del bien debe ser capaz de obtener igual o global reconocimiento por toda la gente del mundo. ¿Cuál es entonces la naturaleza de tal definición? Una definición que proviene del egocentrismo y del interés propio, o que está basada en un parcial punto de vista, nunca puede ser aceptada como la final.
     
LA DEFINICION DE LA BONDAD
     
     Entonces podemos decir que el bien es emplear tus esfuerzos para obtener algo o hacer algo por el bien de los demás, para algo más grande o mejor que el individuo. Esta es una definición segura. Si esto es verdad, entonces todo el mundo vendrá a tener la misma opinión. Aún Japón y América, por ejemplo, si estuviesen en la posición de enemigos el uno hacia el otro, no podrían oponerse a esta definición. En este caso los japoneses podrían decir que es por los Estados Unidos por quienes actúan. Y los Estados Unidos podrían decir que ellos están haciendo tal o cual cosa por Japón. Conforme a la ética humana podemos decir que cuando se hacen buenas obras por los demás, es bueno. Finalmente, podemos decir que el bien es actuar en beneficio de otra gente, y no para uno mismo.

     Con esta definición podemos determinar si nosotros como individuos, familias, grupos o naciones, somos o buenos o malos. Podemos decir que algo que es hecho para los demás es siempre bueno. Si alguien niega esto, entonces no existiría la palabra "bien". Cuando decís que alguien es bueno, entonces, sin excepción, esa persona está haciendo algo que beneficia a los demás. Por otro lado, si esa persona está haciendo algo para su propio bien, a expensas de los demás, podéis inmediatamente decir que esa persona es mala. El objetivo de un buen individuo, buena familia o buena unidad de sociedad es hacer cosas para los demás.

     Entonces ¿cuál es la base para definir el bien y el mal? ¿Dónde se halla? No existe en el mundo externo sino dentro del individuo, en ti mismo. En el caso de que alguien esté haciendo algo para ti, esa persona está en la posición buena, no tu. Para que tu seas bueno debes ser el motivo y origen de llevar a cabo buenas obras. No importa lo bueno que tu ambiente pueda ser, esto no quiere necesariamente decir que tu seas bueno.

     La base de la definición del bien y del mal se halla en ti mismo. Todo empieza en ti mismo como individuo. Si estás haciendo cosas por los demás se te puede llamar bueno. He usado muchas palabras, pero la definición es muy simple, y la gente del mundo aún no han comprendido esto totalmente. Puedes decir libremente cosas y hacer cosas, pero si las haces por ti mismo, no eres bueno. Por muy bonita que sea una canción que estés cantando a alguien, si
lo estás haciendo codicioso de sus alabanzas o por envidia de otros, no eres bueno. Si haces algo por arrogancia, por orgullo de ti mismo, no estás haciendo las cosas totalmente buenas. La arrogancia no tiene nada de bondad.

     Aún cuando duermes, si lo haces por ti mismo y piensas: "He trabajado más que los demás y merezco descansar", entonces en este caso no eres bueno. Todos pueden pensar que la libertad es más que la vida, pero si disfrutas de la libertad por codicia y por tu provecho, estás obrando mal. Entonces es importante que seamos capaces de comprender qué es bueno y qué es malo.

     Vamos a dar un ejemplo en el caso de Japón (hablando a los miembros japoneses presentes). Si Japón sigue siendo económicamente poderoso, si los japoneses siguen desarrollando su vida económica por el objetivo de vuestro propio Japón, merecéis el título de "animal económico". Al final vais a ser el enemigo de los demás pueblos del mundo. Si los japoneses hicieran su riqueza para el beneficio del mundo entero, aunque toda la gente del Japón tuviese que perecer al hacerlo, su espíritu perduraría y permanecería. Nunca perecerían si viviesen de esta forma. Aún si cayeran de nuevo en la pobreza otra vez actuando de esta forma, la gente de las demás naciones les ayudarían porque habían estado trabajando para ellos.

     En este mundo cuando os queréis casar, buscáis a alguien que vaya a ser bueno para vosotros. Esa persona está en la posición del bien porque va a hacer algo por vosotros. Nadie quiere una persona egoísta. Vosotros sabéis muy bien que si hacéis algo por vuestra esposa, sois una buena persona. Y si el o ella te sirve o hace cosas por ti, tu estas dispuesto a hacer buenas obras en respuesta. Si queréis servir a otra gente, y si ambos tenéis esta actitud, entonces tu familia será bienvenida. Por consiguiente, si queréis servir a vuestra esposa y hacer algo por vuestra pareja, ganaréis algo a cambio. Sin embargo, si ambos sois codiciosos, entonces ninguno recibirá el afecto del otro. Todo se desvanecerá. Entonces llegamos a la conclusión de que el bien prosperará e incrementará mientras que el mal disminuirá o morirá.

     Entonces ¿estáis dispuestos a ser buenos o malos? En el mundo todos querrían ser buenos. No hay una sola persona que sueñe con estar arruinada. Si realmente supiésemos que cuando obramos el bien prosperamos nosotros mismos, no habría nadie que no siguiese el camino de la bondad. El bien perduraría por siempre.

     El modelo del bien debe ser algo realmente eterno y único. Quiero que tengáis una clara comprensión de qué es el bien. Debéis estar viendo cosas por los demás, no por vosotros. Vuestros oídos deben prestar atención y escuchar todo para los demás, no para vosotros. Debierais charlar, obrar y usar todos vuestros cinco sentidos por los demás, y no por vosotros mismos. Si encontraseis a alguien viviendo así, anhelaríais estar con esa persona, incluso verla -todo lo de ella, sus ojos, su nariz, su boca, su ser entero. Sentiríais gran afecto por esa persona. El fruto de las buenas acciones será el afecto de los demás y buenos éxitos. Si encontráis una persona haciendo cosas por si misma, diciendo y pensando cosas por su propio beneficio, no habrá nada semejante a amor funcionando o surgiendo a su alrededor. Si vosotros amáis lo más mínimo a esta clase de personas, con el tiempo lo lamentaréis.

     La definición del bien que hemos dado debe estar de acuerdo con la historia y las situaciones mundiales presentes, así como con la vida de las futuras generaciones. Continuara siendo verdad. Debo decir repetidamente que vuestros ojos no han sido creados para vosotros mismos. Los ojos son para ver algo objetivo. Charláis porque tenéis con quien charlar. No podéis
decir que sois felices sin nadie a vuestro alrededor. Cuando yo hablo, si vosotros en la posición de objeto sois felices escuchándome, yo llego a estar cada vez más elevado en espíritu. Cuando estoy hablándoos anhelantemente, y no me escucháis atentamente, pierdo mi espíritu, y no quiero hablar por más tiempo. Incluso cuando tocáis algo ¿os agradaría más tocar vuestra mano o tocar la mano de vuestro amante? Querríais tocar la piel de vuestro amante mejor que la vuestra. Entonces no es correcto pensar que tenéis vuestros cinco sentidos para vosotros mismos, existen para los demás.

     ¿Por qué las cosas buenas deben realizarse en beneficio de otra gente? Al principio posiblemente pensaréis: "No me gusta la idea de tener que trabajar para los demás con el fin de ser llamado bueno. Si pudiese hacer cosas para mi mismo, y que pensasen que soy bueno, sería maravilloso''. Hemos nacido así, no hay más remedio.

     Hemos sido creados para los demás. Por ejemplo, cualquier ser masculino no está creado para si mismo, sino para el sexo opuesto. El hombre fue creado para la mujer. Imaginaos una chica hermosa. ¿Querría vivir siempre con otra chica hermosa? No, buscaría un hombre guapo, y pensaría que su belleza es para ese hombre. Si hay dos chicas guapas viviendo juntas, más que atraerse la una a la otra, se repelerían. Suponed que hay sólo un hombre para las dos hermosas chicas, y que es una persona sin atractivo. No obstante ambas mujeres querrían a ese hombre por marido. Nuestra conclusión es que hombres y mujeres han nacido los unos para los otros.

     El verdadero motivo de Dios al crear al hombre fue para el beneficio de la mujer, y a la mujer para el beneficio del hombre. Siendo esto verdad, podemos con toda seguridad decir que cuando hacemos algo por los demás, eso es definido absolutamente como bueno. Cuando decimos que una familia es feliz, ese hogar es el lugar donde la pareja está viviendo en buena armonía el uno con el otro, no luchando. Cuando tuviesen hijos, estos pensarían que sus padres son los mejores en el mundo entero. Si una pareja viviese en perfecta armonía el uno con el otro, su familia sería tenida como la mejor del vecindario, de la comunidad y de toda la nación.
     
EL ORIGEN DEL BIEN

     Dios creó al hombre por amor, por bondad. El bien es algo que existía antes de nuestro nacimiento. Entonces también después de nuestro nacimiento, el motivo de nuestras acciones por los demás es siempre repetidamente hacer el bien. Entonces ¿por qué el bien se define como las cosas hechas para los demás? ¿Quién hizo las cosas así?

     Cuando el hombre fue creado ¿llegó a existir tal como es todo a causa de si mismo, con esa ley de bondad dentro de él? El motivo no vino de si mismo. Alguna Realidad, algún ser de más alta dimensión lo determinó. Ese Algo, esa Realidad dijo: "Haya un hombre, haya una mujer", y ese Ser hizo a las dos partes para el bien.

     Ningún resultado puede surgir sin causa. Cuando pensamos que el Ultimo Ser estableció la base del bien en el principio, entonces podemos decir con seguridad que la Primera Causa o Realidad era buena. Llamémosle como la llamemos, ese Ser debe ser el último Bien. El hombre comenzó a llamarlo Dios. ¿Qué es Dios? ¿Cómo es El?

     Ya que Dios creó al hombre para los demás, entonces Dios debe estar obrando para el hombre. Ya que El es la Causa y nosotros somos el resultado de su creación, entonces la Causa
debe ser algo parecido al resultado. Si Dios existe debe estar viviendo en beneficio de algo o alguien diferente a Si mismo. En la sociedad humana también, cuantas más cosas hagas por los demás, más bueno llegas a ser. Si te mantienes haciendo esto, haciendo cosas por los demás, te acercarás cada vez más al punto central -Dios. En una comunidad, si haces cosas por la gente, a la larga llegaras a ser el líder de esa comunidad. Incluso forzado, poco dispuesto a estar allí, una fuerza te conducirá al punto central. Cuando elegís a vuestro presidente, senadores o congresistas, querréis escoger a alguien que haga algo por la gente de la nación. Si es la clase de persona que no actúa para servir a los demás, sería un dictador, y no querríais que ocupara tal posición.

     Si hay una persona que va a hacer cosas por los demás por toda la eternidad, sin cambiar nunca, entonces va a ser el personaje central que conduzca a la gente con él a través de la eternidad, si hay cualquier Ser cualquier Realidad que va a hacer algo por el universo, llegará a ser el punto central por la eternidad, y éste es Dios. Podemos llamar a esta clase de Dios el verdadero Dios y el Modelo de bondad real y eterno. Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, entonces, originalmente, hemos sido creados para servir a los demás. Si continuamos haciendo esto por la eternidad, podemos decir que somos templos de Dios, asemejándonos a El.

     Dios al crear el universo, lo hizo para el hombre. Del mismo modo, cuando creamos cualquier cosa debemos hacerlo para los demás. Por muy bonita que puedas tener la voz, si todo lo cantas para ti mismo, sin nadie a tu alrededor para escucharte, no eres realmente feliz. Lo mismo se aplica cuando bailas. Quieres bailar para los demás, para que te vean y participen contigo cuando bailas. Entonces la palabra "felicidad" puede asumir un significado cuando hay alguien más para apreciarlo.

     La paz es también así. La paz, la igualdad, cualquier virtud, no puede realizarse todo por si mismo. La libertad tampoco es algo que puedas disfrutar por ti mismo. Cuando estás solo, no hay nada que puedas llamar valioso o feliz. Debe haber un propósito para ser libre, equitativo, idealmente feliz. Así debes tener un objeto para ser feliz realmente. Si tienes tu objeto y si hay acción recíproca, entonces hay movimiento circular. Si la acción de dar y tomar está haciendo un movimiento circular, si gira con intensidad suficiente, resultará una acción tridimensional. No existe realmente frente o dorso, derecha o izquierda, es como la rotación axial de un plano cuando gira a tanta velocidad como para formar una completa unidad.

     La unificación tampoco puede realizarse por si misma. Debe haber algo en la posición de objeto para ser unificado. Si aquellos que están en las posiciones de sujeto y objeto trabajan a solas, la acción no puede realizarse. Ahora sabemos claramente que Dios creó al hombre para pensar, hablar y actuar por los demás. Sabemos que todo pertenece a Dios. Dios desea a alguien a quien pueda dar todo lo que El tiene. Todas las cosas que Dios posee son para el mundo entero. Si Dios encontrase a alguien que estuviese dispuesto a hacer cosas por el mundo entero, Dios estaría dispuesto a darle todo lo que tuviese a esa persona. Dios se complace en dárselo a esa persona. No se siente forzado.

     El comienzo de la relación del hombre con Dios fue así. Dios estaba deseoso de dar todo lo que tenía al hombre y el hombre estaba deseoso de devolver todo lo que tenía a Dios. Si este tipo de relación se hubiese establecido permanentemente por todos los individuos del mundo, el mundo entero estaría en bella armonía. A Dios como centro de tal armonía le agradaría vivir en la sociedad humana.

     Por muy modesto que sea un hombre, querría ser el centro del mundo, si tuviese tal posibilidad. Cuando el hombre encuentra a Dios o Ultimo Ser quiere poseer a ese ser o a esa realidad enteramente para si mismo. Somos tan avariciosos como para no querer compartir a este ser con los demás. Pero nosotros estamos en la posición de "menos". Es decir, somos algo así como una vasija para contener lo que viene de Dios. Así pues, si eres una gran vasija, redonda y perfecta, Dios la llenara. Debe haber individuos perfectos, familias perfectas, naciones perfectas y un mundo perfecto. En el nivel más amplio el hombre perfecto llega a ser el personaje central. Dios desearía darle a esa persona todo lo que tuviese. Dios tiene que encontrar a esta clase de persona. Si tal persona no se puede encontrar, Dios la recreara, y la enviara al mundo, porque El está buscando dar todo lo que tiene a la humanidad a través de este canal.

     La caída humana surgió de la codicia del hombre y del arcángel. No solamente el arcángel, sino que también Adán y Eva querían tener cosas para ellos mismos. Esto causó la caída. La naturaleza intrínseca de Dios era el desinterés en hacer las cosas para los demás. Pero en vez de multiplicar la naturaleza de Dios, los seres humanos después de la caída comenzaron a hacer las cosas en la forma opuesta, por su propio provecho. Nosotros somos precisamente los descendientes de los antepasados caídos. Por tanto, somos la forma contraria de lo que Dios se propuso que fuéramos.

     Aunque nuestra naturaleza intrínseca es algo bueno, estamos más inclinados a hacer cosas malas. Hay una voz en nuestra conciencia, diciéndonos que hagamos cosas para el bien de los demás. Pero en alguna gente, sin embargo, la conciencia les aviva a hacer cosas para ellos mismos. En general nuestras conciencias están más unidas a Dios que nuestros deseos y demandas carnales. Si sabéis que hay una frontera entre el bien y el mal, entonces ¿pensáis que habéis atravesado la frontera para uniros al lado del bien? Vosotros mismos sabéis muy bien la respuesta. No tenéis que aplicar la ley constitucional o cualquier otra clase de ley para decidirlo. Podéis inmediata y correctamente determinar si estáis en el lado del bien o del mal. Interiormente, sabéis como distinguir el bien del mal. Por tanto, debéis apartaros del mal y cultivar el bien dentro de vosotros. El egoísmo, el centrarse en si mismo -estos son vuestros mayores enemigos. Debéis ser capaces de resistir a estos poderes, y debéis estar listos para hacer cosas para los demás. Poned vuestro máximo esfuerzo en hacer cosas buenas, y llegaréis a pareceros a Dios. Entonces os agradara lo que estáis haciendo, y Dios se agradara de vosotros.


EL PAPEL DE LA RELIGION

     
     Dios estableció muchas religiones en el mundo porque quería conducir a la gente al lado del bien, a través de enseñanzas religiosas. Si reconocéis el hecho de que hay muchas religiones conduciendo a la gente al lado del bien, no podéis negar que Dios está obrando detrás de las escenas de la historia. Esto es indudable. Dios existe. Ya que Dios es absoluto, omnisciente y omnipotente, debe ser posible restaurar la posición original.

     Hubo un propósito para la creación del hombre dado por Dios. Entonces Dios nos ayudará a realizar ese propósito original. Si no somos capaces de hacerlo, el propósito entero de la creación será anulado. Dios no puede establecer su Reino en la tierra, sin obrar a través del hombre. Dios mismo creo el mundo y cualquier cosa es buena para el hombre. Entonces el hombre debe ser capaz de establecer Su Reino en la tierra. Entonces la esperanza de Dios es
encontrar a un hombre con la personalidad del Ultimo bien, que pueda establecer para El el Reino de Dios en la tierra.

     Si hay una ideología, una doctrina, un "ismo" o una religión que va a cumplir esta misión de establecer el Reino de Dios en la tierra, Dios confiará en el grupo que abrace tal forma de pensamiento. Dios está en la posición de Sujeto último o cósmico, entonces El querría a una persona de este valor, de Su dimensión, para obrar a través de ella; una persona de tal cualidad es lo que Dios desearía tener. En el lado de Dios no hay fronteras nacionales. No hay discriminación entre individuos. Cualquier individuo tiene igual derecho a clamar a Dios y a tener igual valor. Debe llegar a existir un individuo o un grupo de gente que piense del mismo modo que Dios. Se asemejarán a Dios, y deben restaurarse a si mismos a la posición original. Hay muchos países en el mundo, pero ninguno de ellos está completamente de acuerdo con la voluntad de Dios. Hay muchos grupos religiosos existentes en el mundo, pero ninguno de ellos está a la altura de Su modelo. Por consiguiente debe aparecer un grupo de gente bajo un punto de vista religioso o una ideología que esté de acuerdo con la voluntad de Dios. Dios está muy ansioso de encontrar a tal gente, a tal nación.

     Debemos reconocer que nosotros mismos estamos aquí para llevar a cabo la misión en beneficio de la humanidad entera, por la voluntad de Dios. Con esta confianza inundando nuestras mentes, debemos ser suficientemente bravos y valientes como para superar cualquier dificultad. Si continuamos, todo el destino celestial estará de nuestra parte, y nos empujará hacia adelante. Más pronto o más tarde alcanzaremos nuestra meta, y entonces seremos uno con Dios mismo. Si estamos en la posición de objeto del último Sujeto, Dios, entonces estamos situados en el punto central del universo. Y todo el universo está destinado a acercarse y unirse con nosotros.

     Si estás en esta posición, eres el centro de ti mismo como individuo, de tu familia, de tu tribu, de tu nación y del mundo. La esencia de Dios, o el corazón de la bondad inherente en Dios vendrá a través de ti como un eje para hacer girar a todo el mundo. Ya que estás haciendo todo esto por los demás, estás en el punto central, y ya que estás en el punto central, eres la base del bien. Dios obrará a través de ti para mover el mundo. No tendrás nada que ver con la base del mal. En ese caso estás haciendo cosas de acuerdo con el propósito del principio de la creación. Eres el instrumento que lleva a cabo la voluntad de Dios, y estás gozando del valor del hombre que Dios creó originalmente. Tomando esta responsabilidad para ti mismo, llegas a ser indispensable para Dios, y estás naturalmente situado en la posición central. Vas a ser la base del bien; no tienes que ver nada con el mal. Esta es la clase de persona que Dios desearía tener.

     Entonces, si estás dispuesto a comer y dormir, y a hacer todas las cosas por la humanidad, nunca puedes ser invadido por el poder del mal. Para algunos puede tomar toda la vida llegar a ser hombres de tal personalidad, pero si conocemos el Principio, queremos ser esta clase de persona. Queremos fundar esta clase de personalidad en nosotros mismos en siete años, o si es posible en un año o menos. Aunque tengamos que pagar un tremendo precio de indemnización, queremos tomar este camino. Si queréis ser esta clase de persona, tendréis que sufrir en gran cantidad. Debemos estar listos para ir a través de cuanto sea necesario.

     Hay egoísmo e individualismo en los Estados Unidos y en el mundo de hoy. En el medio de todos los problema. debemos llegar a ser el corazón de esta sociedad, limpiando todo lo feo. Hay una gran pretensión delante de nosotros. Vamos a atacar todo lo malo y conducirlo fuera de este país y del mundo. Según la definición que hemos dado, estamos seguros de que podemos
vencer a las fuerzas del mal de este país. Si trabajamos enérgicamente tendremos éxito. Queremos llevar a cabo la tradición de nuestro Padre Celestial. Dios ha estado trabajando a través de los 6.000 años bíblicos de historia providencial, día y noche sin descanso, por toda la humanidad. Si hemos heredado Su voluntad ¿no podemos hacerlo nosotros? ¿Se ha quejado Dios de que ha tenido que trabajar tan duramente? El sabe que por muy grande que sea la dificultad por la que ha tenido que pasar no es nada comparado con lo que finalmente habrá sido alcanzado. Entonces tenemos que asemejarnos a El, y luchar para alcanzar la meta.

     Ya que Dios es omnipotente y nosotros asemejamos a Dios, si dejamos algo sin hacer es porque no hemos luchado suficientemente. Si hemos luchado de todo corazón para alcanzar la meta, no es posible la desesperación, aflicción o queja. En vez de esto, verteríamos toda nuestra energía, todo nuestro ser en esta causa, y tendríamos éxito. No existe nada malo en el lado de Dios. Solamente es posible el progreso, solamente es posible la victoria en el lado de Dios. Si sabéis realmente que habéis heredado esta clase de tradición de Dios como Sus hijos, entonces no podéis quejaros ante El de lo que tengáis que hacer. Es imposible. Debemos estar indignados ante la existencia del mal, y querer extirpar sus últimos restos. Sobre la base sólida de bondad que Dios ha establecido para nosotros, queremos eliminar todo mal del individuo, de la familia, de la sociedad entera. Después de apartar los malos elementos de nosotros mismos, debemos purificar el mundo entero.

     Debéis de estar dispuestos a ser alguien que se eche a la espalda la responsabilidad de purificar el mundo, promoviendo la bondad, no teniendo nada que ver con el mal. Quiero que seáis así, y tengo confianza en que vais a cumplir vuestra misión.

     En atención a que estáis en el lado del bien, heredando la tradición de Dios, quiero que hagáis las cosas por la gran causa de Dios, purificando toda la humanidad. Esta, siendo la nación conductora del mundo, es en la que vais a trabajar. Os quiero victoriosos para esta causa.




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